Se sustenta en un conjunto de compromisos globales, políticas de Estado y políticas nacionales, con énfasis en las implicancias del contexto global que el país podría afrontar en su camino al desarrollo en condiciones de sostenibilidad; reafirmando el concepto de bienestar desde la acepción más amplia del desarrollo, de manera tal que permita reconocer que las personas son el elemento central si se quiere lograr un país más justo, equitativo e inclusivo.